lunes, 26 de mayo de 2008

Ya no es promesa


Eduardo Schwank, argentino de 22 años, ingresó por primera vez al cuadro principal de un torneo de Grand Slam en Roland Garros 2008 luego de superar la qualy, y en la primera rueda se despachó con un triunfo nada menos que sobre el número 17 del mundo, ex campeón del torneo parisino hace diez años, Carlos Moya, por 7-6, 6-2, 6-7, 4-6 y 6-3.

El santafesino, ubicado en el puesto 74 del mundo, está en pleno ascenso, a principios de año figuraba número 171 en el ranking, y actualmente lleva diecinueve partidos ganados de manera consecutiva sumados los challengers de Cremona, Roma y Bordeaux, la qualy de Roland Garros -donde superó a Bjorn Rehnquist, Uladzimir Ignatik y a Ilia Bozoljac- y la primera ronda del torneo, que venció a Moya.
En el partido contra Carlos Moya, no solo derrotó a un ex número uno del mundo y ex campeón de Roland Garros, sino que también derrotó a los nervios de su primer partido en Grand Slam, de estar dos sets a cero y pasar a sets iguales y de acalambrarse cuando quebró para servir para partido. Porque cuando le quebró el servicio a Moya y se colocó 5-3 en el quinto set, se acalambró por las tres horas de partido que ya corrían. Pidió trainer. Recibió unos masajes milagrosos y usó la táctica perfecta para cerrar el partido en cero, sin que le temblaran las piernas por estar a unos puntos de conseguir el primer gran triunfo de su carrera, el que seguramente no será el último.

Ahora, en la segunda ronda lo espera otra promesa y también español, Marcel Granollers (número 51 del mundo), que este año ganó su primer título ATP en Houston. Schwank irá por más, siempre y cuando su físico, ya cansado por el maratónico partido de primera ronda y los otros dieciocho que ganó, no le juegue en contra.

Eduardo Schwank no tuvo un comienzo sencillo en su carrera. Entre problemas personales y poco apoyo económico de la AAT (Asociación Argentina de Tenis), como sucede con la mayoría de los jugadores argentinos, lucha día a día para explotar el talento natural que posee. Es entrenado desde hace varios años por Javier Nalbandian, el hermano de David. Tiene un juego sólido, tanto de derecha como de revés, muy potente y completo. "El gordo", como lo llaman los amigos y ahora también los seguidores, definitivamente tiene un futuro prometedor dentro de La Legión Argentina.

Eduardo cuenta sus inicios a El Tenis que no vemos:




Romina Kosiner

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